MALÍ, LA TIERRA OLVIDADA 2003

  Día de trayecto. Salimos de Huesca a las 6.00h y llegaremos a Bamako a las 11.00h de la noche. Diecisiete horas de viaje vía París, sin inconveniente alguno. Todo parece ir sobre ruedas y nos sentimos felices y relajadas por tomar rumbo de nuevo a nuestra amada África. La llegada a Bamako es maravillosa…. El olor a África nos inunda los sentidos. Llegamos a nuestro Hotel, que tiene buenas prestaciones. Conocemos a Óscar, el que será nuestro guía en los próximos días, nos tomamos nuestra primera Flag (maravillosa cerveza que puebla los rincones más recónditos en esta zona del planeta) y a descansar.

  Salimos a las 8.00h de la mañana hacia Segou. Hay un largo trayecto con buena carretera (4h) y entretenidas paradas, en mercados de artesanía, cultivos de cacahuete…   Llegamos a comer a Segou, donde comemos en un hotel pescado capitán con patatas y mango. Por la tarde visitamos un poblado Bambara, que es donde se fundó la población de Segou. Tiene construcciones de adobe con un aspecto característico que nos llama la atención. Luego descubriríamos que son propias de todo el país. Los niños, como siempre nos rodean. Se ríen con nosotras, especialmente cuando Gemma finge que bebe de una salida de agua que en realidad es un desagüe… Damos un paseo por la orilla del río y el mercado de Segou, hasta que se desencadena una fuerte tormenta que nos hace retornar al hotel. Allí nos tomamos una Castle y cenamos a modo de picnic en la habitación.

  Dormimos fantásticamente bien hasta las 5.00h de la mañana, hora a la que suena el despertador. Pensando que eran las siete, nos levantamos, duchamos, recogemos todo, cerramos la maleta, nos untamos de antimosquitos y salimos a la calle… Es en ese preciso momento, cuando Gemma se da cuenta de que aun llevamos la hora española…   dos horas menos! Esperamos en la habitación a que abran el restaurante y bajamos a homenajearnos con un potente desayuno hasta que vienen a recogernos Jabuba y Adama. Anotación: BALANZÁ. Árbol donde anidan los pájaros negros que son desocupados por los blancos. Da hojas en la estación seca y el fruto lo usan para dar de comer a los animales. La corteza se usa para medicina tradicional. Risas en el mercado con el regateo de las esterillas a 4000 CFAS. Nos han clavado, pero nos gusta participar de su cultura del regateo. Realizamos además las compras de comida para la cena en la aldea Bambara donde pasaremos la noche. Comemos en San un pollo con arroz muy

  Antes de amanecer ya estábamos todas despiertas… dulce despertar de la aldea y fotos con sus habitantes de despedida. Esa mañana vivimos una de las experiencias más impactantes del viaje...  Concha acostumbraba a llevar una cámara Polaroid para hacer fotos a la gente y regalárselas en el momento. Decidió realizarle una foto Polaroid a los ancianos de la tribu. Cual fue nuestra sorpresa cuando se vieron reflejados en la foto que les dio Concha y al principio no se reconocían, hasta que se dieron cuenta de que esos personajes de la foto que llevaban unos sombreros como los suyos, probablemente fueran ellos!! Entonces empezaron a señalar la foto, a sus sombreros y a sí mismos y comenzaron a reírse a carcajadas, locos de contentos! Posiblemente, fue la primera vez en su vida en la que vieron su imagen reflejada en un papel...  Muy impresionante! Dormitamos en el coche mientras nos dirigimos a Mopti. Allí nos llevan a un hotelucho de mala muerte que en realidad está en Sevaré, una poblaci

  Yo duermo bien en el cutre-hotel (Motel Sevaré). Llueve a mansalva y Gemma lleva un fuerte catarro que no la deja descansar bien ¿falsa malaria? Al amanecer parece que la lluvia nos da tregua, pero el cielo apunta que será por poco rato… Desayunamos en compañía de las moscas de Sevaré y nos vamos a Mopti a coger la Pinaza que nos subirá por el río Níger hasta Tombuctú durante 3 días de trayecto en los que recorreremos unos 300 km. De camino pararemos a dormir en aldeas a orillas del río. La Pinaza es una embarcación rudimentaria con asientos a los que le han puesto unos colchones para que vayamos cómodas y una pequeña cortina al final de la embarcación que cubre un agujero en la madera de la barca que hace a su vez de váter.   Los BOZOS son la etnia de pescadores que pueblan las orillas del río Níger y la pesca es su principal modo de vida. Como hemos salido tarde, parece que no llegaremos a dormir a la aldea que teníamos planificado, así que habrá que improvisar. El trayec

  Dormimos bastante bien. Gemma ya se encuentra algo mejor y nos levantamos a las 5 para recuperar el tiempo perdido. Disfrutamos del amanecer en la pinaza en compañía de los pescadores. Nos cuidan de maravilla; descanso, paz y tranquilidad y muy buena alimentación. La comida es fresquísima y se compra en las aldeas, según se va necesitando. Hoy por ejemplo tocaba pollo y hemos parado en un aldea a comprar tres pollos que han sacrificado delante nuestro… Jacuba nos ameniza con el BALAFÓN (xilófono) que compró en el último mercado. El trayecto es tranquilo y relajante, el vaivén de la barca nos adormece… Vamos intercalando pequeñas siestas con comilonas, charretas, risas, más siestas y paradas en poblados y aldeas, donde está asegurada una horda de niños a nuestro alrededor…   Sin embargo, hoy p or la tarde paramos en una ciudad, así que aprovechamos para tomarnos nuestra dosis de cerveza Flag. Vemos hipopótamos en el río… Esta tarde la luz de atardecer es sencillamente espect