9 de agosto de 2003. TOMBUCTÚ
A las 5.00h sonó el despertador
de Jacuba. Gemma salió como un resorte de la tienda chillando “A la pinocha, a
la pinocha!!”… no la había visto levantarse tan rápido en la vida!!!
Zarpamos rumbo a Tombuctú
todavía de noche y nos echamos una súper siesta con el fresquito de la pinaza..
Las comidas son todas
fabulosas. Para desayunar tomamos nescafé con leche en polvo y pan con quesitos
y confitura de melocotón que nos sabe a gloria. Luego, tras otra breve siesta
(y es que navegar en barco a esta velocidad relaja muchísmo!!), nos da el afán
limpiador y organizador y, mientras Bea y Gemma limpiaban la pinaza, Concha y
yo lavábamos la ropa en el río. Los barqueros y Jacuba nos observaban con
curiosidad…
A continuación, toca sesión
de peluquería… lavarse el pelo en el río mientras la barca avanza a velocidad
de crucero tiene su encanto… La pena es
que a mitad de sesión la barca paró en una nueva población, interrumpiendo nuestro
particular SPA.
Esta vez es un poblado
SHONGAI, etnia predominante en esta parte alta del Níger, junto a los Tuareg,
Peul y BELA BELA.
Allí, directamente a una
pinaza recién llegada de su día de pesca, le compramos unos pescados para comer
hoy. Es fantástico este mercado de productos frescos.
Llegamos temprano a
Tombuctú. Adama nos esperaba en el embarcadero y en un cuarto de hora
llegábamos al hotel. El hotel es bonito y las habitaciones agradables cuentan
hasta con aire acondicionado, todo un lujo!!
Tombuctú es una ciudad
impresionante. Aquí sí que se observa una clara influencia árabe que difiere en
gran medida de todo lo visto hasta ahora. Las construcciones son también todas
de adobe, con los grandes troncos de palmera a modo de estructura en las
grandes mezquitas, pero las formas son de clara influencia árabe.
Es una ciudad con un
ambiente cosmopolita, debido a ser un punto estratégico de intercambio comercial.
Se construyó en el extremo más septentrional del Níger para favorecer el
intercambio de mercancías con los países árabes y su salida al mar a través del
río. Su ubicación geográfica la convierte en un punto de encuentro entre África
Occidental y las poblaciones nómadas bereberes, siendo un enclave histórico de
la ruta comercial transahariana. Se observa un elevado nivel económico, la gente
va muy bien vestida y es educada y respetuosa. No nos “acosan” demasiado a
pesar de ser una ciudad también muy turística.
Tombuctú fue capital
intelectual y espiritual del Islam en toda África durante los siglos XV y XVI.
Acoge varias madrasas y la prestigiosa Universidad de Sankore, considerada la
primera universidad del mundo con una enorme biblioteca.
Cuenta la leyenda que la
ciudad fue fundada en 1100 por Bouctou, una mujer Bela Bela, que encontró allí
un pozo, en pleno desierto, decidiendo por ello fundar aquí la ciudad. El
nombre de la ciudad hace una clara referencia al nombre de la mujer: Tombuctú
(la casa de Bouctou).
Actualmente, el cien por cien
de la población es musulmana y hay una mezcla de etnias, predominando los
Tuareg y los Bela Bela. Los tuareg tienen una fisonomía muy particular. Son
altos y delgados, con rasgos muy finos y presentan un color tostado de la piel
muy característico. Visten con túnicas de colores muy vistosos y, en general,
van bastante limpios.
La ciudad acoge a unos 50000
habitantes, es amplia y luminosa y está bien cuidada. Hay casas de adobe y
otras de ladrillo cocido con ventanas y puertas de madera adornadas con hierro.
Muchas ventanas cuentan con celosías de madera para favorecer la visión sin ser
vistas de las mujeres musulmanas. Continuamente, se observan hornos de barro a
las puertas de las viviendas, para cocer el pan.
La ciudad consta de tres
mezquitas que aúnan estilo árabe con el típico de la arquitectura maliense. Las
construcciones tienen arcos apuntados, pero están construidas de adobe con la
estructura sobresaliente hecha de tronzos de palmera, tan característica de todas
las iglesias y mezquitas malienses. Usan estas estructuras de madera sobresalientes
para ascender por la fachada todos los años y remodelar el adobe que se
estropea con la lluvia a lo largo del año.
La gran mezquita se llama
DJINGAREIBER, que significa mezquita grande. Fue construida por un arquitecto
español bajo el mandato del emperador malinés Mansa Musa, en 1325. Tardaron
cinco años en terminarla y es capaz de albergar a 10000 personas.
Tras la visita a esta interesantísima
ciudad, nos fuimos al hotel ya muy cansadas. Yo estoy de subidón de fiebre y
catarro. Nunca sabremos si se debe a los efectos secundarios del Malarone o que
realmente hemos cogido un potente virus africano…
La noche se hizo larga y
pesada. La pasé en un duermevela entre constantes pesadillas….. las cuales tal
vez auguraban lo que ocurriría en esta maravillosa ciudad unos pocos años
después…
Nota de la autora: 11 de diciembre de 2022.
Desgraciadamente, en 2012, bajo la revolución Tuareg, el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad tomó la cuidad. Los
militares malienses no ofrecieron ninguna resistencia y la comunidad internacional
tardó unos años en tomar cartas en el asunto. Los invasores, musulmanes
radicales, destruyeron todos los edificios que consideraron “impíos” y la
ciudad quedó asolada. En 2015, se firmó la paz, pero sigue habiendo focos de
guerrillas y tumultos de tanto en tanto, habiendo convertido en inviable
visitar lo poco que queda de esta ciudad actualmente…
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